El Shiatsu se recibe en el suelo sobre un futón o colchoneta al estilo japonés, en un ambiente tranquilo y acogedor para que el paciente pueda recuperar la calma interior.
El ambiente en la sala debe estar a la temperatura necesaria para que el paciente no sienta nada de frío ni tampoco calor excesivo. La música adecuada y la luz tenue colaboran durante la terapia para facilitar la relajación del paciente y lograr una sensación de bienestar.
La terapia se recibe con el paciente vestido con una ropa fina y flexible, lo que da una sensación de comodidad. No se usan ni aceites ni cremas.
Durante la sesión de Shiatsu no es conveniente hablar. Todas las consultas e indicaciones deberán ser hechas antes o después de la terapia, a excepción de pequeñas indicaciones al paciente para que se de la vuelta, o para que el paciente le haga notar al terapeuta una zona especialmente sensible a la presión.
La relación entre terapeuta y paciente está basada en una ética profesional que respeta y protege toda la comunicación establecida durante la sesión.
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