La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía. Ludwig van Beethoven, Compositor y músico alemán.
La música es la armonía del cielo y de la tierra. Yuel-Ji Músico chino.
Sonidos, música, desde el principio de los tiempos el hombre los ha utilizado en ceremonias, terapias, fiestas…. La música llega más allá de nuestro oído, no solo nos transporta a mejores lugares, dándonos placer o alegría, produciéndonos una emoción.
Cuando oímos música estamos creando un espacio dentro de nosotros mismos, un espacio de lugar y de tiempo, es casi una meditación, vaciamos nuestra mente…. Y todo se calma.
Los sonidos activan las ondas cerebrales (Delta: sueño profundo, meditación – Zeta: relajación profunda, meditación creativa, armonía, plenitud – Alfa: ausencia de estrés, creatividad, tranquilidad, mente subconsciente – Beta:alerta máxima, vida diaria, estrés, ansiedad, mente consciente), pudiendo inducir a éste a otros niveles de consciencia, o produciendo una sincronización de los hemisferios cerebrales para un mayor aprovechamiento cerebral. ¿Quizás ya sabían todo esto los chamanes, curanderos y sanadores de antiguas culturas…la aplicación del sonido con fines curativos, el contacto directo con el sonido para llegar a emociones ocultas mas allá de la mente consciente….?
Los cuencos tibetanos, los mantras rítmicos, cánticos curativos… en la medicina tradicional china se el tono de voz del paciente es un indicativo para el diagnostico de su estado de salud.
Ya en el seno materno el feto está envuelto en sonidos, los latidos del corazón de su madre, la respiración, nacemos con los sonidos, es nuestro medio.
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